EL GRAN FANTASMA
Por los senderos de la noche he buscado la verdad del mundo. Me he perdido en el inmenso bosque de la vida y entre sus sombras, como tenues reflejos de luz, he encontrado las pequeñas verdades del insignificante hombre. Pero a veces pienso que esa luz no existe, que es un sueño inútil por descubrir la verdad. Por ello jamás os hablaré en nombre de la verdad, porque la verdad jamás estuvo en la mano del hombre. Más no toméis por cierto todo lo que os diga, dudad de mi palabra, rompedla, abridla por medio, buscad en su interior y si encontráis algo que os huela a verdad, arrojadlo a los hambrientos oídos del hombre y cuando sus fétidos labios lo vomiten sobre la piel del mundo, contemplad tan sólo esas pequeñas partículas, que de aquellas palabras queden flotando en el viento, pues en ellas, tal vez, podáis encontrar algo de verdad.
En la aurora de los tiempos se aposentó en el pecho del hombre la duda, Gran Diosa del mundo. Desde aquellos días el hombre fue su esclavo y se sintió empujado sin tregua, al pensamiento. Ella fue quien lo hizo alzarse sobre sí mismo y avanzar por las sendas del saber. Sí, la sabiduría es ese estado superior, propio de la razón y el conocimiento, que el hombre alcanza a partir de la duda. Por lo cual; sabed que en la duda germina la semilla de la sabiduría, pero vosotros estáis en la obligación de dudar de mi palabra, pues sólo así algún día podréis acariciar levemente la verdad.
Mas, ¿dónde está la verdad? Tal vez pueda encontrarse en la sabiduría o quizás en la duda que nos induce al pensamiento y nos lleva a esa sabiduría. Por esto: yo jamás os hablaré en nombre de la verdad, pues la verdad sólo es un fantasma al que cada cual viste con sus propias ropas.
SOPLO DE LUZ
Por las sendas del viento
buscando el alba,
sin voz del hombre, sola
va la palabra.
Hay un secreto
que pregonan las aguas;
nada es eterno.
El silencio es un pájaro
de luz que toca
el azul de los ojos;
un viejo aroma.
Lejos del canto
la razón es el soplo
que mueve al árbol.
Número 7; Marzo 1998