La hora bruja
Título: La hora bruja
Año: 2024
Edición: Primera
Autor: Miguel Fernández Rivero
Género: Poesía
Editorial: Exlibric
Tapa: Blanda
Páginas: 92
I.S.B.N: 978-8410297302
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La hora bruja nos sumerge en un viaje introspectivo y crítico a través de la existencia humana, explorando la dualidad de nuestras vidas y el mundo que habitamos. Esta narración poética, rica en imágenes y simbolismo, se convierte en un espejo donde se reflejan tanto las miserias como las esperanzas de la condición humana.
El proemio actúa como una puerta de entrada a la obra, estableciendo el tono y la premisa central: la existencia de la «hora bruja» como metáfora de aquellos momentos de profunda reflexión y confrontación con los aspectos más oscuros y primordiales de nuestro ser. El autor nos invita a ser conscientes de estos momentos, a vivirlos plenamente sin dejarnos atrapar por ellos, llamándonos a una íntima y personal meditación sobre la naturaleza de la vida, la libertad y cómo nuestras decisiones y percepciones configuran nuestra realidad.
El primer libro, «Los juegos del poder», nos sumerge en el actual panorama mundial, haciendo una crítica al sistema socioeconómico y político actual, denunciando cómo las élites manipulan y subyugan a las masas a través de los medios de comunicación, el consumo y el control social. Los versos advierten sobre la esclavitud moderna en la que vivimos, encadenados a una falsa sensación de libertad y bienestar.
En el «Intermedio», el poema «La hora bruja», que sirve como un puente entre los dos libros principales, se presenta como un punto de inflexión en la obra, retomando el tema del proemio. Este interludio poético profundiza en la dualidad del ser humano, explorando los conflictos internos, las pasiones y los miedos que nos definen. Es un recordatorio de que, en los misteriosos espacios de la noche, en esos momentos de debilidad o descontrol, nos enfrentamos a nuestra verdadera esencia y a las fuerzas ocultas que mueven nuestra existencia.
El segundo libro, «Territorios del tiempo», reflexiona sobre el tiempo, la memoria y la identidad. Esta sección es una meditación sobre cómo los recuerdos y experiencias configuran nuestro ser y nuestra percepción del mundo. A través de esta exploración de los «territorios» personales y colectivos, el autor invita al lector a considerar la efímera naturaleza de la existencia y la importancia de vivir con plenitud y consciencia.
Finalmente, el epílogo cierra la obra con una visión casi cósmica y espiritual sobre la existencia y el destino final de la humanidad. Enlazando con la temática de «Los juegos del poder» y de «La hora bruja», el autor nos deja con una reflexión sobre el libre albedrío y la responsabilidad individual frente a las fuerzas que buscan controlarnos. Este cierre no solo redondea la obra, sino que eleva las reflexiones previas a una dimensión más universal, preguntándose por el significado último de nuestra existencia y el legado de nuestras vidas.
La estructura de la obra es, por tanto, circular y espiral a la vez, comenzando y concluyendo con reflexiones sobre la esencia y el propósito de la vida, mientras que en su desarrollo aborda críticas sociales, reflexiones sobre el poder, el tiempo y la memoria. Es una obra que invita al lector a transitar por distintas capas de reflexión, conectando lo personal con lo colectivo, lo íntimo con lo universal, en un continuo diálogo entre el autor y el lector.
POEMAS
LA HORA BRUJA
(El Soneto)
Un lápiz rojo sobre el horizonte,
anuncio del silencio, nos dibuja
desnudos, y la luna sobre el monte
invita, sin recato, a la hora bruja.
A esas horas del sueño, un polizonte
se adhiere a nuestra piel y nos estruja
con su abrazo de sombras. Nos empuja
por los desiertos prados un bisonte.
Bisonte atroz que bufa y hace que cruja
nuestro cerebro, oscuro mastodonte
que la razón arrasa y desdibuja.
Un lápiz negro tras el horizonte
dibuja el sueño atroz de la hora bruja.
Solo la luz, quizás, al miedo afronte.
LOS JUEGOS DEL PODER
I
Desde las sombras radiantes
nos contemplan sin descanso,
controlan al pueblo manso
con sus leyes aplastantes.
Someten a gobernantes,
compran países, conciencias.
En sus manos las potencias
del mundo son como un juego,
un metálico trasiego
esclavizando existencias.
DOS COPAS
Como furtiva sombra
entra en el bar sin prisa
y sin decir palabra
toma su dosis
y se marcha al trabajo.
Esas dos copas
le dan ánimo y fuerzas
para aliviar la carga
de una vida sin sueños,
sin esperanzas;
todo se torna gris,
no se encuentra salida.
ANTAGONISTAS
Solo el silencio mancha nuestros labios
con la palabra rota
en la espesa saliva
de los silencios y nuestros miedos.
Pero a pesar de todo;
tú y yo somos nosotros,
las dos caras de un mismo mundo
selladas bajo la piel de un cuerpo
y aunque tú no lo quieras admitir
allí estuvimos,
en aquel espacio sublimen
en que el sol de la infancia
nos embriagaba,
nos hacía soñar
con mundos y con vidas imposibles.
Tú me hablabas de tus extraños sueños
-mitad oníricos,
y mitad pensamientos-
yo jamás te creía
Ya desde entonces
estábamos de acuerdo en pocas cosas;
éramos (somos) antagonistas.
Me dijiste, en cierta ocasión,
que no éramos más que muñecos
en manos de un niño travieso;
un niño travieso y gigante
que siempre nos movía a su capricho,
jugando nuestras vidas.
Yo me reía,
tú te enojabas.
¿No lo recuerdas?
Claro que no.
Precisamente ahora
que estoy dispuesto a darte la razón;
no lo recuerdas.