La palabra que no cesa

Edición: Primera

Autor: Miguel Fernández Rivero

Género: Poesía

Editorial: Fundación Fernando Villalón

Tapa: Blanda

Título: La palabra que no cesa

Año: 2006

Edición: Primera

Autor: Miguel Fernández Rivero

Género: Poesía

Editorial: El Pájaro Azul

Tapa: Blanda

Páginas: 117

I.S.B.N: 84-609-9443-0

Dep. Legal: SE-0350-06

La Palabra que no Cesa (2006) es mi quinto libro de poemas, aunque a los poemas que aparecen en él se les llame; Poemigas. Poemiga es un poema al que por su pequeñez o brevedad se le considera una miga. También puede ser una migaja o miga que se desprende de un poema y que al ser rescatada  del olvido toma vida propia. Esta palabra se la pedí prestada a Luís Eduardo Aute para utilizarla en este libro agrupando bajo ella todos esos pequeños poemitas a los que por un motivo u otro no podía darles continuidad o terminarlos. Le escribí una carta pidiéndole permiso, y él me contesto dándome su autorización; poniéndome dos condiciones, que reseñara la procedencia de la palabra y que le enviase un ejemplar de mi libro; cosas que hice.

El libro consta de siete partes y a cada una coloco bajo el símbolo del planeta o astro que da nombre a cada día de la semana. Desde la primera parte a la tercera, el número de los poemigas que la componen van en crescendo -siempre en múltiplo de siete- siete, catorce y veintiuno. La cuarta parte es un solo y largo poema. Y desde la quinta parte a la séptima el número de los poemigas va en decrescendo también -en múltiplo de siete- veintiuno, catorce y siete.

En cada una de las partes los poemigas que la compones van sobre un tema. En la primera; la palara. En la segunda; la existencia del hombre y la mía propia. En la tercera; el tiempo y mi existencia. En la cuarta; mi humildad e insignificancia ante las grandes cosas de la vida. En la quinta; el amor, el desamor. En la sexta; la poesía. En la séptima; la vida.

Un total de ochenta y cuatro poemigas y un poema.

II, MARTE

SEIS

Acomodado

en el putrefacto sillón

de la opulencia,

el hombre pierde su tiempo

en devorar, ávidamente,

los días de su vida.

V, VENUS

DIESISÉIS

Cuando su piel desnuda

roza mis huesos

el tiempo se detiene.

VII, SOL

CUATRO

En este teatro del mundo

nadie es tan bueno como parece,

ni tan malvado como dicen.

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