La vida pasa por nosotros como las aguas de un río.

Un pequeño manantial nos pone en el cauce
y por él fluimos hasta la desembocadura.

Somos
agua
de
paso.

Hay un inmenso río de palabras que se desborda
y corre desbocado
por los páramos del mundo.

El agua derramada sobre la semilla del tiempo,
hace germinar la palabra;
luz del pensamiento.

Tenemos los ojos
desmesuradamente abiertos
con un hambre atroz y ajena.

Esta hambre de palabras nos empuja,
como aquellas aguas,
por los eriales del mundo
en busca de la luz.

La vida es un sendero que nos arrastra por extraños paisajes.

Solo somos
un inmenso rastro
de días sin retorno,
el eco persistente
de ciertas palabras.

Somos agua de paso,
el rumor de un río
que nos traspasa y dilata
sobre las arenas del tiempo.

Sobre los días que nos tocó vivir,
marcamos Líneas Divergentes.

Nuestras Divergencias
con la humana estirpe nos llevan a las Diversificaciones
de carácter y personalidad.

Nos acentuamos y reafirmamos en nuestras Diversidades.

Con nuestra palabra
siempre conseguiremos
el alimento y el Divertimento
para vivir.