Poema dieciocho
UNO *
este viento que sin permiso entra por mis ojos ha construido nidos en mi alma…
DOS **
las huellas del hombre son devoradas por el tiempo pero si escuchas al viento cuando pasa rozando tu piel podrás oír el rumor de todos los tiempos podrás oír si aguzas bien tus oídos el grito de impotencia y rabia reprimido por el miedo de todos los hombrespueblo que son aplastados por el hombrepoder si escuchas con atención cuando pasa el viento por entre tus huesos podrás oír el grito interminable de todos los hombres y de todos los tiempos podrás oír tu grito mas secreto podrás oírte gritar desde lo más profundo de tu racionalidad en el viento es donde habitan las huellas el rumor del interminable caminar de ese animalhombre que desde hace millones de años vaga perdido por la faz del mundo a veces viene el viento y nos araña el corazón o nos azota los ojos con la brutal realidad entonces sentimos vergüenza de llamarnos hombre y poniéndonos de pie cerramos nuestro puños y gritamos dispuestos a golpear los pilares del poder hasta derribarlos el viento que pasa devorando nuestras huellas ese exigente cosechero contra el que el hombre nada puede ese viento ha cruzado hoy por mi alma de animal dejando un triste rastro de hojas secas
TRES ***
… mas no comprendo porque me siguen oliendo a tierra mojada estos atardeceres
Revista Mordisco, Nº 2, 2008
La Puebla de Cazalla.