ESTÁ PRESA LA LIBERTAD
Está soplando un viento tan extraño
que arrecia la tormenta su aguacero
cubriendo de miserias al rebaño.
A la luz cegadora del dinero
en frenética danza los chacales
se abandonan a ritos ancestrales.
Pasa un rumor de sombras por el mundo
devorando los sueños. Un lamento
quiebra la frágil voz del vagamundo
por las calles del hambre y el desaliento.
Huérfanos del progreso -abierta herida-
arrastrando sus huesos por la vida.
Tan triste es este sol de los suburbios,
tan frío y tan atroz que a miedo huele,
que siembra desarraigo y desconfianza
y en su fulgor oculta asuntos turbios.
Ya no hay palabra o sueño que consuele
estas casas sin luz de la esperanza.
Los círculos escupen la pobreza
hacia fuera; arrabales de chabola,
calles de agobio y de húmedos despojos.
Entre luces amables siempre presa,
la libertad. La Élite controla
las parcelas del mundo y sus rastrojos.
Ríos de las ciudades en crecida
invaden luminosos edificios
con el mordaz aullido de la hiena.
Monedas de avaricia sin medida
olvidan lo importante, y entre vicios
del cuerpo -al fin- la mente se condena.
Al ritmo de trompetas y tambores
marcha el desfile blando, luz amable
y espejos bobos gritan el reclamo
que viene de los altos miradores.
Somos la fácil presa moldeable,
sumisos servidores del Gran Amo.
